Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
Lo Mejor de la Danza

Este blog tratará de mostrar todas las manifestaciones de gran calidad en el arte de la danza.

ELEMENTOS ADICIONALES NO DANZANTES

ELEMENTOS ADICIONALES NO DANZANTES

La danza a lo largo de toda su historia además de manifestarse por medio del movimiento, que es su medio fundamental de expresión, ha recurrido a otros medios subsidiarios que llamaremos “adicionales no danzantes”: mímica, gesto simbólico, canto y palabra hablada.

Así como hay instrumentos que el bailarín lleva consigo mientras baila, también ha recurrido a máscaras y elementos de vestuario que en ciertos casos sirven para caracterizar a un personaje, pero muchas veces son un complemento directo del movimiento; lo alargan, lo continúan, lo completan. Un ejemplo de esto serían los movimientos lineales realizados sosteniendo palos o lanzas que lo continúan, o bien banderas o velos que continúan un movimiento ondulatorio. El arreglo del cabello tiene una influencia similar a la del vestuario. Determinado peinado puede representar un personaje histórico de acuerdo a las modas características de cada época así como el cabello suelto acentúa el carácter primitivo naturalista. Pero puede también acentuar o modificar el movimiento en sí mismo; cuando se trata de equilibrios estéticos puros el cabello debe atarse o encerrarse en una red, si no queremos que su movimiento o caída natural añadan líneas no previstas por el coreógrafo al movimiento corporal puro.

LA MIMICA

Es una forma de movimiento que tiene casi los mismos elementos que el teatro y la danza pero para ser danza le falta el ritmo y para ser teatro, la palabra hablada. No obstante en algunos casos se parece tanto a uno o a otra que pueden llegar a integrarse. Por ejemplo ciertos personajes de las obras teatrales de Molière se mueven sobre el escenario con una mímica pronunciadamente grotesca, como “El enfermo imaginario”, y lo mismo podríamos decir de trozos de ballet característicos como “Cascanueces”, “Coppélia”, “Gaîté Parisienne”, etc.

La mímica es la utilización de movimientos típicos de determinados caracteres o situaciones. Algunos acompañados del lenguaje o sonido en su forma original, suprimiendo estos y exagerando el movimiento en sí mismo. También puede suprimirse alguna parte de un movimiento representativo realista exagerando otras partes de ese mismo movimiento y produciendo con ello en el espectador la impresión de la situación de su totalidad. Los gestos mímicos son pues exageraciones mudas de la actividad que representa. Por ejemplo costura, aplauso, concierto de violín, etc. Encontramos la mímica en las danzas primitivas mágicas, folklóricas, clásica, moderna de la primera época y neoclásica. La razón por la cuál la mímica imitativa ocupa un lugar tan importante en las danzas mágicas es que los pueblos primitivos que las ejecutaban creían que si efectuaban bien sus movimientos, con suficiente intensidad y claridad conseguirían que los elementos de la naturaleza a quienes invocaban los efectuarían, los copiarían. Por ejemplo: el mago de una tribu baila una danza para librar a su pueblo de una fiera que lo acosa y en ella simula matar a su rival que representa a la fiera; supone que ésta, por efecto de la magia simpática pierde su capacidad de causarles daño. La misma finalidad tendrá intención por medio del movimiento del crecimiento de las plantas, la caída de la lluvia, el apaciguamiento del fuego, etc. En las danzas folklóricas los encontramos a menudo ilustrando las palabras de las canciones bailadas, como en “La firmeza” o simplemente acentuando el carácter de la danza: “Pala pala”, “Zamba”, “El cuando”, etc. En la danza clásica la mímica constituye la parte narrativa; en la neoclásica y moderna de la primera época se usa la mímica muy unida a la danza especialmente para personajes característicos donde la unidad de mímica y danza es tan profunda que resulta difícil desglosarla.

EL GESTO SIMBOLICO

Partiremos de lo contrario en las danzas mágicas y rituales, pues ella nos explica diferencias de carácter entre los anteriores y este. El gesto mímico es imitativo para lograr que la naturaleza copie la actividad que hace el bailarín y lo que sea la comunidad. El gesto simbólico que aparece en la danza ritual se dirige a un dios que pertenece por igual al mundo de los humanos y de la naturaleza. No hay en el bailarín la intención de que lo imite sino de halagarlo, o rogarle que influya en otras personas que dependen de él. Por consiguiente no deberá ser realista o claro porque no pide que lo imite sino otros favores a través de la danza que desarrolla.

El gesto simbólico aparece como compañero de la danza o representación teatral por una fijación definitiva de lo que primitivamente fueron gestos mímicos usados con propósitos utilitarios en las danzas mágicas; poco a poco esta mímica va perdiendo parte de su amplitud, de su emoción o de su dificultad motriz hasta transformarse en gesto simbólico. Así diríamos que éste es una parte del gesto mímico que lo sustituye en su totalidad. Cuanto más pequeña sea esa parte en relación con el gesto inicial, más incomprensible se volverá para el espectador. Pensemos en un movimiento de formas representativas realistas que se compusiera de una serie más o menos extensa de movimientos mímicos; si de esta serie de gestos, por ejemplo, solo se conservara el primero y el último o algún gesto aislado, su reproducción no bastará para despertar en el espectador ninguna asociación de ideas clara. También por razones de privilegio de grupo, los sacerdotes que oficiaban los rituales a los que pertenecen estos gestos simbólicos trataron de mantener el secreto de su significación para volverse indispensables a la comunidad que querrá comunicarse con sus dioses.

En la danza moderna de la segunda época el coreógrafo usa a menudo gestos simbólicos (abstractos) en lugar de gestos mímicos; en este caso el fin no es crear un clima de misterio sino despertar en el espectador una sensación de sorpresa, de disconformidad, que tiene como consecuencia una intensificación de la atención que desearía comprender y finalmente una vibración equivalente a la del bailarín que se produce por medio de la quinestesia, que es la recepción física a través de la vista de la actividad física del bailarín. Es importante comprender por qué un gesto simbólico así usado puede despertar en el espectador el sentimiento o emoción correspondiente al gesto representativo del cuál formó parte en la mente del creador. Esta transformación de lo realista en simbólico es un proceso intelectual donde la mente del coreógrafo, guiada por su sensibilidad elige una o más formas entre la totalidad de las que constituyen el gesto representativo completo. Aquella o aquellas formas donde crea encontrar más especialmente concentrada la esencia del sentimiento que sea expresar. La eficacia del gesto simbólico para transmitir un contenido será proporcional a la intensidad emotiva del ejecutante.

 

Compartir este post
Repost0
Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post